jueves, 7 de abril de 2011

Carta de un vecino displicente obra recogida en mi libro Poesia social y cachonda editada en la editorial bubok

CARTA DE UN VECINO DISPLICENTE

 

Hoy vengo a presentarme.  Soy el perfecto vecino , ese que vive encima y por culo te da fino  porque estás  hasta las narices y te cagas en el tío. Tu sabes que soportarme es del todo un suplicio pero  ahora ya lo sabes  no haberla adquirido para ser de mi escalera  amargado arrepentido. Tú envías al mismo cole a tus hijos que los míos , los tuyos siempre son burros y los míos los más listos. Yo presumo de ser buen padre y no como el vecino   al que  dedico  piropos de no sabe educar los niños. Y  los tuyos ni se mueven y no hacen ni un ruido. Los míos zapateados  desde lunes a domingo solo por verte amargado y con gesto compungido cuando te vienes quejando que el descanso te han jodido. Y yo enseguida descargo  no creo que los mis niños  hayan hecho esas cosas pero  ya sabes  ,son niños. Yo le pondré solución , y felicito a mis niños regalándole instrumentos con muchísimo cariño al mayor la batería y al pequeño  un piano para ver si con la música a ti te van arreando. Los ensayos  de los críos yo los tengo estudiados  para al llegar el domingo y encontrarte descansando empiecen  con esa orquesta que ellos dos están formando que hasta  hacen bien aullar los perros de vecindario. Si algún día por la noche  de los fines de semana yo llego algo borracho de una buena jarana  aunque no llego confundido  y porque  me da la gana te toco al telefonillo a las  tres de la mañana. Cuando tienes un trabajo  lo hago por criticar enseguida que comento  él no sabe trabajar. Y si te quedas en paro  me pongo a criticar  . Eso es cosa de este  vecino que no le gusta currar. Y qué decir del verano cuando  tu duermes la siesta y yo cojo mi taladro  o doy portazo a las puertas   Cuando  te veo haciendo en casa una  chapuza  ya empiezo a decir con muchísima astucia  por culpa de este vecino  paso yo mas la gamuza  y  me molestan los ruidos que se clavan como agujas.  Cuando riego las macetas  dejo que escurran bien por si tu tiendes abajo  para que laves otra vez.  Y como tú te retrases la comunidad pagar  empiezo a decir con arte  que haces pagar los demás. Si tu eres presidente te agobio un montón discutiendo  bien los gastos y llamándote ladrón  pidiéndote me demuestres   como no  si con los  euros que pago te marchas a Benidorm   Comprendo que en la escalera te  cueste bien saludar y que pienses  cuando te cruzas  ¿por qué no te morirás?  No hay cosa que más te joda que el coche en la cochera , sí, soy yo quien te tiene  ya bien rayadas las puertas. Y cuando vas a sacarlo para  irte a trabajar , yo dejo el mío atascado para no dejarte marchar así que has de  salirte y el ascensor tomar y llamarme  a la puerta ya rabiado de verdad porque vas a llegar tarde   y  me pides sin parar que me de prisa enseguida en poderme apartar para  salir  como  un flecha  disparado de verdad.  Mi mujer  tiene un don  pues cuando hay intimidad o te vas a poner a ello pronto te suele llamar para  pedirle a tu esposa ¿tienes  tú algo de sal? Y encima te la entretiene para  fastidiarte más  hablando de la escalera y de toda la vecindad o de la telenovela que acaba de comenzar y tú  qué piensas otro día que  yo no puedo trincar. Cuando bajo a mi perro  pasa algo especial y es que siempre en tus macetas la pata va a levantar y tú dices ¿mis geranios por qué se suelen secar y  qué es este olor extraño  que suele aromatizar? Pero tranquilo vecino que aquí no pasa ná que tu y yo  nos llevamos muy bien en la realidad pues te quedan muchos años de hipoteca que pagar y que seguir aguantando lo que te he de putear que gracias a ti lo paso  de un modo fenomenal por eso siempre lo digo que si hay santo en verdad soy yo sin duda alguna que te tengo que aguantar.

 

Obra recogida en mi libro Poesia social y cachonda editada en la editorial bubok www.bubok.com

Autor Tomás Arconada Villar

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